jueves, 1 de septiembre de 2011

Historia de Valek, el caballo



Transcribo este cuento de 
Janosch porque es difícil encontrarlo, leerlo o descubrirlo en algún otro lugar; menos aún en español. 
 
Lo transcribo, además, porque hay escritores como Janosch Roal Dahl, Tony Diterlizi y Holly Black, Angela Sommer-Bodenburg, Eva Ibbotson y varios mas, que escriben libros infantiles y juveniles llenos de belleza, con historias profundas y personajes complejos... o cual creían que era el secreto del éxito de Rowling? en fin, libros que no se dirigen a los niños como si fueran idiotas. 

También hago esto, y es la razón más importante, porque cuando uno lee un cuento así cuando aún es pequeño la vida puede tomar otro sendero. Si me preguntaran cuál es mi estado de ánimo más frecuente, yo diría que por dentro me siento como Valek... que amanecí Waleska... quea veces  la vida marcha bien y me siento Jarosch...

Por cierto, Janosch también es autor de los cuentos de El oso, el tigre y los otros ("...entonces el osito le dijo al tigrecito..."). Basta de discursos, aquí va la historia. 

Historia de Valek, el caballo
 “Valek no era un caballo como los demás. Aunque yo no lo conocí personalmente, no se cuál fue su cuna. Pero, ¿acaso puede un caballo tener cuna? 
Creo que tal vez no tuvo siquiera una mamá. Porque había algo en su cara que parecía decir que no había tenido siquiera una mamá.
Valek era un caballo muy extraño. Y era un caballo solitario. Siempre estaba un poco  triste. Pero empecemos por el principio: Por mi propio abuelo. El señor Valeska.
Bruno Valeska era artillero. Sin embargo, no le gustaba serlo. ¿Cómo puede un hombre bueno querer ser soldado?
Siempre, cuando hacía de soldado, tenía un aspecto pálido y enfermizo. Y todos le decíamos: “no va contigo, eso de ser soldado.” Pero, ¿de que servía? ¿Qué puede el hombre contra su obligación?
No obstante, a él le gustaba mucho más estar tumbado en la hierba y soñar. Soñar que nunca tendría que volver a ser soldado, sino carbonero en un bosque, muy lejos de todos.
Pero lo que le gustaba más era soñar con un caballito blanco. Siempre había deseado un caballito blanco, un Valek. Sería su amigo.
¡Bruno Valeska estaba siempre tan solo, por más que hubiera muchísimos soldados! A veces hubiera tenido que ayudarle Valek a tirar de su carro. Un poquito sólo, porque sería su amigo. Bruno Valeska soñaba y envejeció. Cuando ya era viejísimo, obtuvo un caballo blanco. Valek.
De pronto estuvo allí. Bruno Valeska yacía tumbado en la pradera y soñaba una vez más.
“Valjoschka, caballito mío,” le dijo, “¡quédate conmigo! Serás mi único amigo.” Y en aquel preciso instante, Valek dejó de ser un caballo extraño.
“Caballito mío,” dijo todavía Bruno. Y lo besó y lloró y se murió. Entonces, Valek lloró también.
Diecisiete días lloró Valek sobre la tumba de Bruno Valeska.
Diecisiete días y diecisiete noche lloró sobre la tumba donde habían escrito:
“Aquí yace Bruno Valeska, un artillero.”
Todos lloraron diecisiete días y diecisiete noches, y echaron un traguito. ¡Era terrible! ¿Acaso no hay que llorar cuando muere un hombre tan bueno? ¡Pasa tan pocas veces!
Todos hubieran llorado siete años, si no hubiese llegado Jarosch.
Jarosch era un pillete y un gitano. Sabía tocar cosas preciosas en su violín negro. Todos dijeron: “¡Toca algo, pillete!” Y entonces tocó de tal manera, que todos lloraron con más fuerza y echaron otro traguito.
¡Era tan hermoso! Pero era un llorar distinto. Un llorar muy bonito.
Luego dejaron de llorar. También Valek. Porque Valek se enamoró del violín.
Era maravilloso. Y así siguió Valek, el caballito, a Jarosch, en la noche orcura como boca de lobo. Por su propia voluntad. Nadie hubiera podido decir que Jarosch había robado a Valek. No, era algo muy distinto.  Valek se enamoró del violín.
Y es que, ¿acaso no tenemos todos que amar algo?
Janosch

La historia de Valek tiene una segunda parte. Pero esa es aún más triste. Si la editaran de nuevo la gente se suicidaría...creedme.

17 comentarios:

  1. Gracias mil gracias por hacer regresar a mi infancia volví a vivir y recordar que no hace falta der millonario para soñar cosas hermosas como mi linda y pobre infancia cuando lo más valioso que podría hera un libro de texto donde estaban impresas esas huermosa hidtorias gracias gracias y más. Gracias

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    1. Así es, hermosos textos como este me hicieron amar la lectura en la primaria.

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    2. Amé esté cuento, que leí y lo lloré muchas veces en mi infancia, hoy lo comparto con mi hijo adolescente,

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  2. Me encanta esa lectura que bueno que la encontre

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  3. DESDE EL TERCER O CUARTO A;O DE ESCUELA PRIMARIA QUE VI ESTA LECTURA

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  4. Dios mío hasta que la.encontre esta historia me encanta

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  5. siempre me gusta compartir con mis alumnos y amigos maestros mas jovenes que yo las lecturas que yo disfrute en mi educacion primaria y esta es de mis preferidas.

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  6. Alguien que sepa en que libro venia de la primaria mexicana estoy seguro haberla leído ahí pero ya rebusque en el histórico de la sep y no viene.

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  7. Muchas gracias. Fue una lectura conmovedora en mi niñez y he tratado de encontrarlo en una versión impresa.

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  8. Desde mi infancia nunca he olvidado está historia , me entristeció desde la primera vez que la leí , nunca olvido el nombre del caballito y la ilustración que venía en mi libro de primaria , dónde venía valen bailando con el violinista , aún hoy me sigue entristeciendo y me siento un poco vale....

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  9. Siempre he recordado esta lección de mi libro de Español lecturas de primaria,Bruno Valeska y su caballo valen.me hizo recordar mi infancia.

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  10. Gracias por compartir estás hermosas lecturas. Como recuerdo mi quinto grado de primaria.

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  11. Creo que solo los soñadores aún recordamos esa lectura. Recordar es volver a vivir.

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  12. Siempre me conmueve, amo la lectura gracias a éste cuento, que leí por primera vez a los nueve años. Muchas gracias por compartirlo.

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