viernes, 24 de junio de 2011

Noche de San Juan

Los antiguos paganos celebraban la noche más corta del año con hogueras, música y ritos. El día más largo representaba el de mayor esplendor del Sol, que a partir de entonces comenzaba su ciclo de decadencia hasta el solsticio de Invierno. La noche del día más largo, noche de las hogueras, Alban Heruin para los celtas,  Midsummer’s Blót para los escandinavos, caballucos del diablo... es la Noche de San Juan para los cristianos. 
La celebración del día más largo y la noche más corta estaba llena de magia: así como en la fiesta de la cosecha las barreras entre el mundo de los vivos y el de los espíritus, en la noche de San Juan la promesa de una temporada cálida y benévola se festeja por igual entre humanos y seres mágicos. Esta noche la Magia es liberada, sin represión, temor o recelo; las hadas celebran, los duendes cantan y las hogueras se encienden. 
Como todas las fiestas paganas importantes, ésta fue adoptada por los cristianos como una de las conmemoraciones más importantes. Este día se conmemora la visitación de Martha a María durante el sexto mes de embarazo de la primera. La tradición cristiana agrega que al nacer Juan, su padre Zacarías recuperó el habla y festejó encendiendo una hoguera frente a su casa. Las antiguas tradiciones, ritos y leyendas se incorporaron al cristianismo durante la edad media y así la noche de San Juan se convirtió en la noche en la que el Bautista sale a bendecir los campos. 

En la actualidad las sociedades astronómicas pueden conocer con exactitud el día y la hora del solsticio; pero en la antigüedad esta era una fecha fija que marcaba el comienzo del verano, época de frutos, prosperidad y fecundidad que se prolongaba hasta la celebración de la cosecha, en el otoño. 

Muchas leyendas anteriores al cristianismo sobrevivieron y otras se fusionaron con éste, a propósito del solsticio. Se decía, por ejemplo, que si esta noche llovía los árboles darían muchas manzanas. Se decía también que quien hiciera ciertos ritos, como mirar un espejo a media noche, o tocar la guitarra en una encrucijada podría ver al Diablo. Se decía, también que en ver florecer a las flores de San Juan (la higuera y el helecho) daría bendiciones y se decía, además, que quien recogiera esta noche la hierba de San Juan tendría protección contra el mal durante el año siguiente. 

La noche de San Juan también es sagrada porque es la noche en que las fuerzas de la obscuridad tienen menos fuerza; San Juan anuncia el triunfo sobre el mal y con agua trae bendiciones al mundo. Las oraciones y las ofrendas a San Juan atraen su bendición para que haya abundantes frutos y buenas cosechas pues, como ocurre desde tiempos paganos; esta es una noche mágica y bendita. 

encender antorchas es sólo un rito entre muchos posibles: orar a San Juan,  lavarse el pelo con agua de manantial, regar los árboles, enterrar un haba, plantar una hortensia, desollar un gato... el mundo mágico y el humano se unen esta noche, como se funden también el cristianismo y el paganismo.