martes, 12 de febrero de 2013

San Valentín, día de los enamorados y los solitarios

I. ¿Cómo empezó la fiesta?

La fiesta de San Valentín tiene origen en las Lupercales, (en honor a Luperco, Dios de la fertilidad) celebraciones destinadas a atraer la fecundidad sobre las mujeres. Una vez cristianizada Roma, el Papa Gelasio I las prohibió en el año 494. Sin embargo, tal como ocurrió con otras fiestas, el espíritu de la fiesta pagana no desapareció y en su lugar se adaptó a las nuevas condiciones. 

No fue difícil transformar las lupercales en la fiesta de San Valentín, a quien los cristianos del Imperio Romano recodaban cada 14 de febrero, pues ese día, en el año 270 fue azotado y después decapitado por haber casado a decenas de parejas, "desobedeciendo así las órdenes del emperador Claudio II, quien le había prohibido celebrar estas ceremonias" porque se consideraba que los soldados solteros se comprometían mejor con la milicia y tenían menos ataduras. 

La tumba del sacerdote y mártir Valentín se convirtió, como muchas otra del cristianismo antiguo, en un lugar de culto, pero a ella en particular acudían parejas que hacían compromiso de contraer matrimonio el año siguiente

La celebración de San Valentín entre los enamorados continuó durante varios siglos. Durante la edad media y el renacimiento, se consilidó la costumbre de intercambiar cartas entre esposos o prometidos ese día. La tarjeta de San Valentín más antigua es una carta que Carlos I, Duque de Orleans dirigió  a su esposa mientras estaba preso en la Torre de Londres en 1415 y firmó como "tu Valentín".

La celebración de San Valentín es, por lo tanto, muy  anterior a la mercadotecnia barata de chocolates, globos de corazón, restaurantes y hoteles de paso. 

II. El Presente

La fiesta del día de los enamorados adquirió otro carácter a partir de 1840, cuando Esther A. Howland(EEUU) comenzó a producir tarjetas postales de San Valentín. Ese fue el inicio de una industria de frases prefabricadas, corazones rojos, cupidos y arreglos florales que llega hasta el día de hoy.

Precisamente, de acuerdo con un portal especializado, los regalos más vendidos con motivo del Día de San Valentín, son las flores, principalmente las rosas rojas, seguidas del chocolate y en tercer lugar, los peluches. El 15% de las mujeres se envía flores a sí mismas, principalmente, a su trabajo y lo hacen para demostrar a sus compañeros que tienen algún pretendiente. Otras, simplemente, para alegrarse el día.

Hay otras estadísticas interesantes: según Durex, las ventas de preservativos durante esta celebración aumenta entre un 20 y un 30% y marzo es el mes en el que más test de embarazos se venden.

Según Samatha Grossman en 2012 los estadounidenses gastaron unos 3.5 mil millones de dólares en la celebración del 14 de febrero. De acuerdo con la misma autora el 10 por ciento de todas las propuestas anuales de matrimonio ocurren ese día. 

III. El Lado Oscuro del día del amor

La mercadotecnia ha sido más allá de transformar la celebración de algo importante en un carnaval del mal gusto (osos de peluche) y el lugar común (cena romántica con petición de matrimonio). Así como la llegada del año nuevo hace que muchas personas cuestiones los logros en su vida, la llegada del día del amor pone a pensar a las personas en el estado de su relación. Samantha Grossman también revela que con motivo del día del amor crece en 40 por ciento la cantidad de peticiones de divorcio alrededor del mundo. 

La fecha también se relaciona con la depresión. Mientras miles de personas consumen, derrochan y ostentan su relación, otros miles de solitarios y parejas en crisis reciben la fecha con un ánimo sombrío. Cada vez es más común la asociación del 14 de febrero con estados depresivos. De acuerdo con algunos médicos, crece hasta en 20 por ciento el intento de suicidios. 

La misma publicidad que invita a reservar la cena romántica, regalar una tarjeta y acompañarla con una caja de chocolates, desata los estados depresivos de quienes no tienen a quién regalar, de quién recibir un obsequio o con quién compartir ese día.

Lo más saludable para quienes están solos, es evitar las expectativas, sentir felicidad por lo que sí se tiene, la familia, la salud, la prosperidad, o por o menos un empleo y un cuerpo completo.

Para quienes tienen pareja lo mejor y más elegante es, siempre, evitar las aglomeraciones que provoca gente sin imaginación y celebrar el amor, la pareja y la alegría de tener a quien apapachar todos los otros días del año. 

Datos curiosos de San Valentín

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