lunes, 11 de febrero de 2013

La Ceniza y la Cuaresma

"Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás." Génesis 3:19

El Miércoles de Ceniza es el inicio de un periodo de penitencia (Cuaresma) que se prolonga durante 40 días hasta el Domingo de Pascua. La Pascua es fiesta central del cristianismo, que representa el triunfo de Jesús de Nazareth sobre la muerte. 

El origen de la Pascua tiene origen en la Pascua judía, que celebra la liberación del pueblo de Israel de Egipto. Los primeros cristianos fueron judíos, por lo que conservaron esta, que es la festividad más importante del judaísmo, aunque más tarde, en el Concilio de Nicea (año 325) la Pascua cristiana fue separada de la Pascua judía.

A pesar de la separación hay un simbolismo profundo que mantiene unidas a la celebración cristiana y judía. Ambas conmemoran la liberación de un pueblo; los judíos celebran la liberación de Egipto mientras los cristianos conmemoran la liberación del reino del pecado. La Pascua judía en la ley mosaica concluye con el sacrificio de un cordero cuya sangre limpia los pecados de la comunidad, mientras que el cristianismo considera que el sacrificio de Jesús (crucifixión) el símbolo del cordero que muere para lavar los pecados de la humanidad.

En ambos casos la ira divina se aplaca a través de la sangre y ahí podríamos hallar paralelismos con otras religiones, pero no es mi propósito por ahora criticar al cristianismo sino entenderlo. Para que los cristianos comunes también lo entiendan, lo conozcan y vivan su fe. 

El sacrificio del Cordero (Jesús de Nazareth) para redimir los pecados de la humanidad tiene un significado profundo, pues se trata del sacrificio de un inocente que libera a los culpables. La Iglesia Católica propone la cuaresma como un periodo de reflexión sobre este acto de amor y penitencia, para conmemorarlo de manera decorosa y respetuosa. El antiguo testamento dice que Jonás anunció la destrucción de Nínive (ciudad de pecado) con 40 días de anticipación. El pueblo guiado por Moisés peregrinó durante 40 años por el desierto. El nuevo testamento señala que Jesús oró y ayunó durante 40 días en el desierto antes de ser tentado y vencer a Satanás. 

A los teólogos católicos, les gusta usar la palabra "prefiguración" para señalar que algún acontecimiento del Nuevo testamento es anticipado por uno del Antiguo. Así, los cuarenta días de reflexión y penitencia que dura la Cuaresma pueden representar 40 días antes de la destrucción del reino del pecado, los 40 años de penitencia que los hebreos debieron pasar antes de merecer el acceso a la Tierra prometida y los 40 días de oración y preparación a los que se sometió Jesús. 

El simbolismo en torno al número 40 tiene origen en el uso ceremonial y religioso que los judíos hacen de las matemáticas; así se dice que la edad adecuada para estudiar la Cábala es a partir de los 40 años. Pero el origen del número 40 como ciclo de días tiene mucho más que ver con el calendario agrícola de los judíos de la antigüedad. 

El cualquier caso, los 40 días de la cuaresma tienen un significado que merece ser recuperado y comprendido, tanto por cristianos como por no cristianos. Son 40 días de recogimiento, no de tristeza, 40 días de reflexión, no de azotes y cilicios. 40 días que comienzan con una reflexión sobre la brevedad de la vida humana, la vacuidad de pensar sólo en la vanidad, y concluyen con la celebración del ser humano como algo que merece ser redimido, ya sea por su fe, sus obras, su esperanza o sus virtudes. 

El beneficiario de la liberación que celebra la Pascua Cada es ser humano como individuo y no la humanidad como ente abstracto. Desde una perspectiva cristiana somos sólo polvo, pero desde un enfoque no cristiano, de polvo están hechas las estrellas y muchos granos de polvo unidos pueden formar una roca, una playa o un continente. 

Así, el significado genuino, profundo y valioso de la cuaresma es la reflexión sobre el ser humano y su relación con lo que está más allá y por encima de uno mismo. Para los cristianos, es recordar la pequeñez humana frente a lo divino y la grandeza de ser amado de manera individua por Dios . 

Por lo tanto, la cuaresma no significa hacer un carnaval antes de la cuaresma, ni "dejar de comer carne el miércoles de ceniza y los viernes de cada semana". Tampoco significa ayunar el viernes entero, comer sólo pan y agua, ponerse cilicios, ir de procesión con látigo y estupideces por el estilo. A Huitzilopochtli le gustaba la Sangre, pero Jesús prefería el vino. 

Es importante, por lo tanto separar la celebración auténtica de la cuaresma de algunas supersticiones. La abstinencia de algunos alimentos tiene un carácter penitencial y ceremonial. El ayuno de la cuaresma es un ayuno eucarístico, como el que hacen los católicos horas antes de recibir la comunión. 

"La penitencia puede tener expresiones muy variadas, especialmente el ayuno, la oración y la limosna. Estas y otras muchas formas de penitencia pueden ser practicadas en la vida cotidiana del cristiano, en particular en tiempo de Cuaresma y el viernes, día penitencial." (Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio l 1434-1439

Las reglas acerca de los alimentos durante la cuaresma se remontan al medioevo. Se evita comer carne porque durante la Edad media y el Renacimiento se consideraba que este era el alimento más completo, saludable y suculento. Comer carne todo el año era además un privilegio de los nobles, que tenían corrales y cotos de caza a su disposición; para los pobres del siglo XIII como para los del siglo XXI la carne es un lujo que se reserva para las fiestas. 

Se permitió comer vegetales y peces, que la nobleza medieval veía con desprecio y los propios médicos de la época consideraban poco alimenticios. Sin embargo, la prohibición de la carne solía durar toda la semana y el ayuno de los viernes consistía en alimentarse sólo con pan y agua a la que se podían agregar algunos vegetales y sopa, de acuerdo con la salud de cada persona. 

De tal manera, el sentido penitencial de la alimentación de cuaresma no se refiere a una prohibición expresa de la carne, sino de alimentos que colmen y deleiten. es penitente quien se abstiene de comer en exceso o de comer cosas que le agradan. No es penitente quien evita la carne pero se atiborra la panza de mariscos, pastas y pasteles. Podría ser más penitente alguien a quien no le gusta la carne de vaca y come un filete, que quien disfruta un salmón asado durante cuaresma. 

Esto nos lleva a comentar algunas supersticiones que son comunes entre personas que han convertido la cuaresma en una época de tabú alimenticio  aún sin conocer su significado y hasta sin practicar el cristianismo. Muchos creen que la prohibición de la cuaresma tiene que ver con el color de la carne y por eso consumen pollo, o que lo único que se prohíbe es consumir la carne de animales "que mamaron" lo cual es una soberana... tontería. También es falso que si uno come carne durante los viernes de cuaresma se esté comiendo a Jesús. 

Para los católicos Jesús está en la hostia una vez consagrada, así que comer de él no es tabú sino privilegio. El carácter de mamífero, vivíparo u ovovivíparos interesa a los zoologos, no a los teólogos, para quienes lo importante es abstenerse de alimentos lujosos, costosos, jugosos y abundantes. No se come pescado porque Jesús lo haya dicho, sino porque en la edad Media se creía que el pescado y los mariscos eran alimentos de tercera, muy apropiados para hacer penitencia comiéndolo.  

Para quienes desean recuperar el sentido original y genuino de la cuaresma lo ideal sería hacer alimentos ligeros, independientemente de su origen animal, vegetal o marino. Evitar la saciedad y la sobrealimentación. Abstenerse de los postres y las bebidas alcohólicas.

Por ese camino además de una cuaresma realmente cristiana daríamos los primeros pasos para tener una población más saludable. 






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