Una tradición se forma cuando ocurre un acontecimiento importante para la fe, la vida de un pueblo o la identidad de una cultura. La tradición unas veces conmemora el acontecimiento y otras preserva el conocimiento. Es tradición recordar fechas tan decisivas como la independencia de las naciones, el nacimiento de los héroes o la muerte de los mártires. También es tradición que cuando los niños cumplen cierta edad se les lleva al colegio, como es tradición preparar ponche de frutas en diciembre y enterrar a los muertos.
Cuando la tradición tiene un origen práctico es frecuente que éste caiga en el olvido y las personas sólo mantengan viva la ceremonia como algo que hicieron sus padres y los abuelos, sobre lo cual no se cuestiona porque es una cuestión de identidad. Pero el sentido práctico permanece ahí para quien esté dispuesto a buscarlo o a encontrar uno nuevo cuando sea necesario hacerlo.
El antropólogo Marvin Harris se preguntó por el origen de algunas tradiciones que para los extraños pueden llegar a parecer irracionales y así encontró el origen y sustento lógico de tradiciones como los tabúes alimenticios (la vaca en el hinduismo, el cerdo en el judaísmo, el perro en occidente), así como la explicación de algunos rituales, tanto de aborígenes como de personas modernas.
En la línea trazada por Harris y guardadas las proporciones, es valioso recuperar siempre el sentido práctico de las tradiciones a pesar de que muchos se empeñen por dar más importancia a los rituales (la forma) que a los propósitos (el fondo). Se lleva al colegio a los niños porque en muchos países es una obligación legal y se hace a cierta edad porque los pedagogos consideran que, en promedio, es la adecuada para la aprehensión de conceptos abstractos relacionados con la escritura y la aritmética. Se prepara ponche de frutas en diciembre porque el invierno es una temporada en la que muchos cítricos dan frutos y si se reúne el jugo de varios de ellos en una sola bebida lo que se prepara es un concentrado de vitamina C que ayuda a fortificar las vías respiratorias contra las infecciones que son tan comunes en esa época. Se entierra a los muertos porque si no se hiciera así tendríamos un enorme foco de infección, moscas y mal olor entre nosotros. El sentido de duelo es adicional al práctico y para ponerlo en práctica se han creado un conjunto de ritos que con el paso de los siglo han llevado a la gente a creer que lo importante es el rito y no el propósito.
Sucede así con muchas otras tradiciones. Hoy, por ejemplo, celebramos el Día de la Candelaria, que en México equivale a llevar a misa a los niñosdios y comprarles una ropa bonita, celebrar con tamales y guardar el nacimiento y/o el árbol de Navidad. Lo que importa es la forma: los padrinos del niñodios van a la misa e invitan los tamales (quién sabe porqué) pero si no hay niñodios en casa, los tamales corren a cargo del que sacó el niño en la rosa de reyes (de nuevo, quien saber por qué, pero así se acostumbra) y se viste a los niñosdios y se les lleva a misa por razones tan variadas como 1. conmemorar su presentación en el Templo (católicos informados, aunque tampoco serían capaces de decir qué templo o porqué fue presentado); 2. llevarlo a misa y vestirlo (tradicionalistas que no ponen atención a lo que se dice en misa); 3. Vestir al niñodios y comer tamales (tradicionalistas cursis, si consideramos las ropas que eligen).
El niñodios (o Niño Dios) es una advocación de Jesús en su infancia, pero en países como en México se ha transformado en un curioso paganismo en el que cada niñodios tiene alma y personalidad propia. Se llega a pensar en él como una imagen un tanto ajena a Jesús de Nazareth, al que se le dedica un culto doméstico y en algunos casos comunitario (como el Niño Pa´ de Xochimilco, cuyos fieles devotos afirman que en las noches se levanta a jugar) ¿Jesucristo acude a personificarse en la imagen? ¿una parte de su ser está presente ahí y se mantiene en estado infantil? los amantes de la tradición no preguntan, nomás repiten. La repetición es certeza, seguridad, identidad.
De manera que, si cada niño Dios tiene una personalidad propia (y sus devotos aseguran que así es) parece natural que a cada uno de ellos se le haga una misa, se le organice una fiesta y se le compre ropa nueva de acuerdo con las siguientes reglas: Los padrinos lo son durante tres años, y son tan padrinos y compadres de los dueños del niñodios como que es un ser vivo y parte de la familia. Cada año ellos lo llevan a misa de gallo en Nochebuena y el Día de la Candelaria. Ese día además le llevan ropa para que estrene, el primer año, debe ser ropa blanca, que significa la pureza del niño. El segundo año puede ser ropa de color pero de bebé y el tercero puede ser ropa de color y representativa de algún santo o del Papa, porque se entiende que el niño ya creció. El tercer año, además, el niño puede ser puesto en un trono, porque los dos primeros debe estar acostado en una cuna o cesta. Después del tercer año los padrinos pueden serlo de nuevo o se buscan padrinos nuevos y el niño vuelve a ser pequeño. No es raro que las señoras se admiren por su rosada tez, sus rubios rizos y sus azules ojos. El paganismo mexicano además es racista.
El verdadero origen de la Candelaria se encuentra en Levítico 12:
" Habló Jehová a Moisés y le dijo: 2 «Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer, cuando conciba y é a luz un hijo varón, quedará impura durante siete días; como en los días de su menstruación será impura. 3 Al octavo día se circuncidará al niño.4 Pero ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre. Ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario hasta que se cumplan los días de su purificación. 5 Si da a luz una hija, quedará impura durante dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
6 »Cuando los días de su purificación se cumplan, ya sea por un hijo o una hija, llevará al sacerdote un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del Tabernáculo de reunión. 7 El sacerdote los ofrecerá delante de Jehová y hará expiación por ella. Así quedará limpia del flujo de su sangre.»
Ésta es la ley para la que da a luz un hijo o una hija. 8 Y si no tiene lo suficiente para un cordero, tomará entonces dos tórtolas o dos palominos, uno para holocausto y otro para expiación. El sacerdote hará expiación por ella, y quedará limpia.
La fecha que la Iglesia de Roma convino para conmemorar el nacimiento de Jesús es el 25 de diciembre y se es el punto de partida para la cuenta de 33 días hasta el día de la presentación en el Templo. Los investigadores de la actualidad consideran más probable que Jesús haya nacido cerca del equinoccio de primavera de acuerdo con los datos astronómicos y climáticos que se mencionan en los evangelios, probablemente el día de la Pascua, pero seguimos conmemorando en los días que fueron establecidos por el Papa Gregorio XIII porque sería muy complicado cambiar a estas alturas.
¿Porqué Candelaria?
La fiesta de la presentación es parte del culto Mariano (a María, madre de Jesús) desde la Edad Media, especialmente en la costa de España, en donde se veneraba un retrato de María que se creía realizado por el apóstol Santiago, pero se perdió durante una tormenta que destruyó el templo en el que se conservaba. Este retrato se consideraba el más antiguo que existía de María y su antigüedad hacía factible que hubiera sido realizado por un apóstol o por alguien que conoció a María. En Canarias, la celebración incluía una procesión con velas (candelas) que representaban la iluminación que Jesús trajo al mundo y de ahí la fiesta de las candelas (o Candelaria) viajó hasta América con la conquista. La forma y el nombre permanecieron, aunque el fondo y el origen se perdieron con los siglos.
En resumen, lo que se celebra el día de la candelaria es la presentación de Jesús en el templo, acompañado de sus padres, tras el periodo de purificación al que su madre debió someterse, de acuerdo con la Ley de Moisés. En la España medieval esta fiesta se celebraba con una procesión de candelas que simbolizaban la luz que Jesús trajo al mundo, y recogía, en parte, la forma en la que los romanos celebraban las Lumpercales.
En el Nuevo Mundo la Candelaria recogió nuevos elementos, entre ellos los tamales y otros cultos que no mencionaré por ahora. También cambió la manera de representar al pequeño Jesús, pues mientras en Europa se le representaba sentado en el regazo de María como en un trono, en América la imagen fue separada y recibió una veneración independiente. Así cayó en el olvido que la Candelaria es una celebración de María que ayudó a traer al mundo la luz, a través de su hijo.
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