Hay palabras de las cuales se abusa hasta dejarlas vacías de significado. Hay otras que se usan a la ligera.
Cualquiera cuando tiene un mal día cree que es bipolar, o asegura serlo al día siguiente cuando una tarde soleada o una cena con amigos le ponen de buen humor y, para sentirse más interesante, bohemio o atractivo dice que tiene bipolaridad.
En realidad el trastorno bipolar no es una gracia, ni una virtud, ni una forma de ser encantador. Quienes lo tienen no se divierten y sus familias, parejas o amigos sufren con ellos o prefieren alejarse. El trastorno bipolar es mucho más que estar triste o contento. Como otros males de la mente, puede conducir al aislamiento, la pérdida del empleo, las relaciones y el patrimonio. El trastorno bipolar no se cura con yoga ni con chochitos, pues requiere de atención médica especializada.
Cualquiera cuando tiene un mal día cree que es bipolar, o asegura serlo al día siguiente cuando una tarde soleada o una cena con amigos le ponen de buen humor y, para sentirse más interesante, bohemio o atractivo dice que tiene bipolaridad.
En realidad el trastorno bipolar no es una gracia, ni una virtud, ni una forma de ser encantador. Quienes lo tienen no se divierten y sus familias, parejas o amigos sufren con ellos o prefieren alejarse. El trastorno bipolar es mucho más que estar triste o contento. Como otros males de la mente, puede conducir al aislamiento, la pérdida del empleo, las relaciones y el patrimonio. El trastorno bipolar no se cura con yoga ni con chochitos, pues requiere de atención médica especializada.
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