Hay tres tipos de películas de Bond: buenas, regulares y pésimas. Hay tres tipos de autos de Bond: magníficos, hermosos y absurdos. Hay tres tipos de chicas Bond: las buenas, las malas y Miss Moneypenny. Con los intérpretes de Bond la cuestión es un poco distinta, aunque todos incorporan tres elementos: los rasgos que imaginó Ian Fleming, los rasgos que cada intérprete incorpora como parte de su visión personal y los rasgos que se acumulan a través de las distintas interpretaciones.
Fleming tomó como materia prima su propia experiencia en el servicio secreto para imaginar a un agente de campo al que puso el rostro de David Niven y una personalidad compleja: un militar asignado a misiones especiales, dedicado a su trabajo porque es prácticamente lo único que puede y sabe hacer, curtido en los oficios de fingir, matar y ignorar a la voz humana y poco patriótica de su interior.
En 1969, George Lazenby personificó a Bond en una sola película pero fue de las mejores, con un guión interesante, un director competente, una producción eficiente y la mejor chica Bond. Lazenby Mantuvo el tono duro y profesional del militar convertido en agente encubierto, pero le agregó amabilidad, simpatía y sentimientos. El Bond de Lazenby sufre, se aguanta y sigue adelante, al servicio de Su Majestad.
Entre 1995 y 2002 Pierce Brosnan personifica a un Bond duro y profesional como Connery, amable como Lazenby, lúdico como Moore y humano como Dalton. La interpetación previa del investigador Remington Steele parece haber sido de peso para darle el papel y no se equivocaron. El 007 de Brosnan saca de nuevo lo militar y muestra a un sujeto que parece entrenar, estudiar y capacitarse siempre que no está en misión, pero también a un hombre alcohólico, obsesivo y autodestructivo. El resultado es un Bond complejo, que bajo la máscara de elegancia y autosuficiencia oculta al boxeador que odia lo que es pero sólo conoce una manera de ganarse la vida.
Muchos actores estuvieron bastante cerca de encarnar al Agente 007, entre ellos Michael Gambon (sí, Dumbledore fue joven alguna vez), Sean Bean, Eric Bana, Hugh Jackman, Ralph Fiennes, Mel Gibson, Russel Crowe, Clive Owen y Orlando Bloom. Bana y Bloom todavía tienen edad para personificarlo en el futuro, aunque otros apuestan más por Dominic West. Sin embargo, algo me dice que en diez años podríamos ver en ese papel a alguien como Aidan Turner y en quince o veinte años a Daniel Radcliffe.
Lo que en verdad importa es que el Agente 007, el que imaginó su autor y al que han dado vida seis buenos actores es mucho más que un casanova y buen tirador que nunca se ensucia el traje. Claro que se lo ensucia, lo rompe y lo llena de sangre, muchas veces la propia. El verdadero James Bond es, como lo describió Vesper, un ser sin hogar al que un benefactor le dio un oficio, un propósito y en lo que cabe, una vida.
Lo que en verdad importa es que el Agente 007, el que imaginó su autor y al que han dado vida seis buenos actores es mucho más que un casanova y buen tirador que nunca se ensucia el traje. Claro que se lo ensucia, lo rompe y lo llena de sangre, muchas veces la propia. El verdadero James Bond es, como lo describió Vesper, un ser sin hogar al que un benefactor le dio un oficio, un propósito y en lo que cabe, una vida.
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