sábado, 20 de agosto de 2011

Buenos deseos de un niño del pasado por los niños del presente y el futuro




Buenos deseos de un niño del pasado por los niños del presente y el futuro

30/04/2010 06:27:49 p.m.
El 30 de abril  es un buen día para festejar a los niños y recordar la infancia propia. Todos conocimos a excelentes niños que el tiempo, los cambios de escuela y las dejaron lentamente en el pasado; a esos buenos compañeros (Ismael y Javier del Kinder, Leonardo,  Pepe y toda la banda cuyos nombres lentamente se difuminan, de la primera primaria, Guadalupe, Maico, Manuel, Federico, Octavio, Hernán y todos los demás de la segunda; José Luis, Aurelio, Fernando y todos los demás de la secundaria; así como las buenas amigas que tampoco faltaron desde la bella Claudia del Kinder, la ruda Xóchitl del la primaria,o la cortés Elena de la secundaria… a todos ellos, les dedico mis buenos deseos  de un niño del pasado para los niños del  presente y el futuro:

1. Que todos les crean y crean en ellos.
Los niños piensan, razonan, meditan, sienten, conocen, saben. No son entes vegetativos y gritones ni la seres semipensantes. Tampoco son idiotas , bestias, monstruitos ni seres inferiores; sino personas plenas cuyo único defecto es no haber cometido suficientes errores para llamar a eso experiencia y arrogantemente proclamarse adultos.


Los niños escuchan, saben y comprenden. Escuchan cuando su madre le cuenta a todas 
las vecinas del día que no logró llegar al baño (y le avergüenza que su madre ande contando sus cosas personales); escuchan los chantajes de la madre al padre o del padre a la madre; escuchan los pleitos y las amenazas. Saben lo que los adultos esperan de ellos, saben que hay unos más listos que otros; saben cuando un adulto hace lo contrario de lo que aconseja o dice que es lo correcto, saben reconocer una mentira. Y comprenden;  comprenden sobre medidas de seguridad, higiene y respeto sin necesidad de ser amenazados o golpeado, como comprenden los chistes verdes, los rojos, los azules… no por esa idiotez de que “los niños de ahora son más avispados que en mis tiempos”. 


Los niños "de ahora" son tan avispados como los niños medievales, los aztecas, los etruscos y los niños del paleolítico. Los niños listos son eternos y los adultos brutos también, por desgracia. 


2. Que les dejen ser niños.

Que los niños no tengan que vender los dulces que prefieren comer, que no tengan 
que fabricar los juguetes que sueñan con usar ni el par de zapatos que anhelarían calzar. Que canten y bailen por el gusto de hacerlo y no para comer.


Que no tengan que vender bisutería, ni venderse a sí mismos. Que no se compren la comida, el descanso y la bicicleta con esas buenas calificaciones que no aseguran el futuro de nadie, pero sí alimentan la vanidad de los padres; que no se ganen el derecho a ser hijos con buenas notas ni piruetas de circo, y menos aún llenando los vacíos profesionales o existenciales de sus padres.


Que saquen buenas notas los que desean buenas notas, que toquen el arpa o la guitarra quienes amen la música y jueguen a la pelota los que disfruten patearla o arrojarla y no aquellos cuyo padre sea un futbolista frustrado. Que la escuela sea un juego, la música un placer y la alegría un deber, el único.


3. Que haya menos partos y más adopciones.
Que quienes deseen ver correr a un niño por su casa, o sueñen con un ayudante para 
su tienda, una risa para su jardín o una canción para el asiento trasero de su auto, recuerden que esos pies correlones, esas risas y esas canciones ya están vivan y les necesitan. que las mujeres que sienten la llamada de “su reloj biológico” sepan que ese amigo o amiga, compañero y alegría para toda la vida les está esperando en algún lugar y para él o ella el tiempo también pasa deprisa. Que Haya padres y madres para los niños que nadie desea y no tengan que morir por ser un imprevisto; que para ellos haya un hogar y para sus madres biológicas paz.


Que ningún sacerdote presione a las personas para tener hijos mientras haya en este mundo niños sin comida y sin juguetes. que los inviten a abrirse a esa vida que ya existe en lugar de seguir promoviendo ese estúpido egoísmo de preservar “la sangre”, “el apellido” o “el legado genético” Preservar la sangre: ¿acaso hay personas de sangre azul o sangre de oro? El apellido ¿Acaso somos duques y condes que deban heredar a un primogénito el feudo y los honores? El legado genético ¿Acaso el genio de Einstein, el talento de Maradona o el valor de Pancho Villa se transmitió a sus hijos? ¿que pueden esperar las personas comunes de sus propios genes, si de genios nacen personas ordinarias y de personas ordinarias nacen genios.?


Que quienes se llenan la boca de frases a favor de “abrirse a la vida”, “colaborar con Dios en la creación” o tener todos los hijos que el cielo les envíe  tengan ellos sus propios hijos, si tanto es su interés.  Que sean verdaderos padres y madres, que los cuiden, los alimenten y acompañen a crecer. Que prediquen con el ejemplo y todos aquellos que digan que todo hijo tiene derecho a una familia sean la familia y el hogar de por lo menos uno.

4. Que crezcan sin amenazas.
Que crezcan si temor al país vecino, al vecino de otra raza o de otra religión. Que nadie les apunte con un arma, ni con un misil y menos aún con las llamas del Infierno.
Que nadie mas repita la sandez de que son culpables por los indígenas que españoles e ingleses mataron hace 500 años, ni por los realistas que los republicanos mataron hace setenta o por los filisteos que murieron hace dos mil. Que cada muerto sea enterrado con sus errores o sus aciertos y nos se los carguen ni se los repartan a las personas que no estuvieron ahí ni tienen por qué seguir sufriendo agravios tan antiguos que podrían remontarse al tiempo en que vivíamos en los árboles.


Que nadie más repita estupideces de agravios históricos, deudas milenarias y pecados originales; si Adán y Eva dejaron que una serpiente les tomara el pelo ese fue su problema y nada tienen que ver con nosotros, y si alguien insiste en hacer pagar a los inocentes por errores de personas a las que nadie  que viva conoció, sea anatema.


Que aprendan a ser justos y generosos por que en su vecino miran el reflejo de su propio rostro. que respeten los bienes ajenos como respetarían los propios. Que amen la verdad y teman a la mentira, a la ideología, a la superstición y a la idolatría.
Que si alguien más vuelve a amenazar a un niño con las penas del infierno se meta sus amenazas por el trasero.


5. Que ningún tío, padre, primo, maestro, entrenador, cura, patrón o vecino abuse de ellos

Que su salud y su bienestar estén por encima de la institución, cualquiera que esta sea. 
Que su voz sea escuchada y su dolor sane. Que nadie prefiera conservar al marido, la esposa, la posición social, el puesto o el estilo de vida a costa del sufrimiento de un niño.


Que puedan vivir sin cuidarse la espalda y duerman sin sobresaltos ni pesadillas. Que crezcan sin rencor y sin culpa.


Que ningún crimen quede sin castigo en la tierra.


6. Que tengan amigos de otras especies
Que corran y jueguen con un amigo de cuatro patas.
Y crezcan sin temor a los bichos, ni repulsión. que aprendan a mar la creación en todas las creaturas y sean amigos de los seres grandes y pequeños, para que hallen la voz divina que es pájaro, cigarra y elefante. para que tengan a ese amigo fiel e incondicional que viaja en el bolsillo, que les defiende de los extraños y les enseña a cuidar de otros seres. Para que siendo buenos padres para un hurón, un canario, o un gato, perro, un conejo, una rata , un pez, una iguana o un pollo aprendan a ser, también, buenos hijos.

7. Que haya más tiempo para los hijos y menos para la televisión.
Que los papas dejen de perder su tiempo libre en basura noticiosa y estupideces de telenovelas (ya escribiré sobre las muchas formas de daño que hacen las telenovelas, por ahora solo apuntare que esas historias mal escritas, peor dirigidas y todavía peor actuadas,  embrutecen a padres y madres que podrían poner un poco más de atención a la tarea, los juegos o los intereses de sus hijos. ¿Que llegas cansado del trabajo? Pongan juntos una buena película (Barney no es una buena idea: Stalin era fan de Barney cuando era chiquito y causó la muerte de 60 millones de compatriotas suyos). 


Si los libros o el cine no se les dan, pueden competir en un videojuego de Xbox o PlayStation o Wii; matar zombis en familia o correr en Nascar en compañía de tu hijo siempre será mas edificante que ponerlo a ver intrigas amorosas de ricos contra pobres, o notas sobre masacres fronterizas, además de que sabrás qué juegos está usando y a qué contenidos tiene acceso en lugar de sólo suponerlo.


Sé que hay tarados que dicen que los libros hacen gente libre y pensante y los videojuegos incitan a la violencia; pero lo cierto es que hay libros que incitan al odio y la violencia y videojuegos que enseñan a pensar y trabajar en equipo; todo depende del libro y del videojuego.


8. Que los papás tengan más tiempo libre.
Que siempre haya un rato para sentarse juntos a ver algo, comer una paleta o ver 
cómo es un aparato por dentro.


Que ir a la junta escolar sea más importante que entregar un reporte impecable de 900 páginas que nadie leerá porque para eso es la versión ejecutiva. Que los trabajadores sean considerados como personas y no máquinas, como seres vivos y no como inversiones; como padres y madres antes que como empleados.


Que no haya más jefes y jefas sin vida privada que creen que todos deben tener una existencia tan pueril como la suya, ni medios y partidos fascistoides que esperen de los políticos y funcionaros un sacrificio y dedicación que sólo es propio de seres enfermos. Ponemos en el poder a gente sin familia, obsesionados con el poder y el prestigio y luego nos quejamos de que gobiernen sin misericordia. Que haya tiempo libre, familia, hijos y mascotas para todos, que sólo las personas saludables y felices puedan gobernar. Que todos tengan un pedazo de tarde para ir pl parque, en lugar de organizar actividades profesionales que sólo abultan el currículum pero son improductivas para el mundo.


9. Que no aprendan a temer antes que aprender a vivir.
 Que los niños de hoy y los que vendrán crezcan sin miedo al infierno, a las arañas ni a 
la soledad. que los mayores, ya sean sus padres, maestros o tías dejen de transmitirles sus odios y sus temores. Que los dejen caer de la bicicleta para que aprendan a sacudirse el polvo, que los dejen caer de un árbol para que sus amigos firmen en la escayola, que los dejen conocer el desamor, la decepción y la derrota para que aprendan a amar a pesar del dolor, a tener fe a pesar de la decepción y perseverar a pesar de las derrotas.


Que desparezcan el nazionalismo, el orgullo étnico, la raza, la “verdadera fé”, la izquierda y la derecha y, en general todas esas palabras que disfrazan la estupidez de convicción, que alimentan el odio, enseñan a discriminar y despreciar, que evitan que las personas platiquen y se entiendan y, en general, sólo traen hambre y dolor al mundo.   

10. Que todos tengan una bicicleta
O un poco de tierra o pasto para correr. Una playa para recoger conchitas, un árbol para trepar una cama pare esconderse debajo, una carretilla para empujar o una pala para hacer hoyos.


Esa bicicleta, el perro que se roba los zapatos, la carretilla o e árbol son los recuerdos que pueden hacer a diferencia entre un adulto saludable y un monstruo amargado.



 

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