Net Market Share publica y actualiza día con día estadísticas sobre el uso de Internet. En sus reportes de hoy informan que el navegador más utilizado, con 52.63 por ciento de usuarios es el Explorer, seguido cada vez más cerca por Firefox con 22.52 por ciento de usuarios. El crecimiento de Firefox palidece frente al rápido avance de Chrome, que en 3 años ha logrado instalarse en 17.62 por ciento.
Hace doce años Explorer logró imponerse sobre todos los demás navegadores al conseguir la ventaja de ser el que venía pre-instalado en la mayoría de los equipos. Para los usuarios nuevos y para los usuarios elementales, aquéllos que sólo usan la máquina para decir en Twitter que se están comiendo una paleta de limón, poner las fotos de la fiesta del sábado en Facebook, jugar solitario y redactar oficios, para ellos Explorer es Internet y no conciben, ni se imaginan que haya otra forma de navegar.
Explorer tiene algunas ventajas claras; la primera es que viene integrado con Windows y eso falicita algunas tareas, como redactar un texto y enviarlo por correo con un sólo click, o insertar imágenes y textos en archivos que se integran con las referencias necesarias; nada mal. Otra ventaja es que por ser el navegador má difundido la mayoría de las páginas instoitucionales están diseñadas para ser vistas en él: los formularios de del gobierno vienen optimizados para Explorer así que aunque no me guste a veces tengo que usarlo. ¿Por qué solo a veces?
Porque aparte de las ventajas que ya mencioné, Explorer es una soberana porquería: el fabricante anuncia como innovaciones e ideas propias características que otros navegadores incluyen desde hace quince años Pero lo peor no es la engañosa actitud de sus creadores , sino su desempeño: 8nueve versiones y no sé cuantos parches después no han logrado construir un navegador confiable ni ligero.
Hay algo todavía peor que la legendaria inestabilidad de Explorer y es su lentitud. Que sea pesado se perdona por la cantidad de características que trae, aunque la mayoría sólo queden en estado latente; el mayor defecto de Explorer es su lentitud. Sus usuarios, acostumbrados a que la carga de páginas tome tiempo, no tienen idea de lo que es la navegación ligera, veloz, sencilla y confiable de todos los demás navegadores.
Mozilla Firefox, se contruyó con los restos de Netscape y heredó lo mejor de él. Es sólido, confiable, intresante. Muchos se quejan de que es relativamente pesado y de que incorpora una enorme cantidad de gadgets y plugins innecesarios; pero la verdad es que uno puede confugurarlo más o menos como lo necesite. Aún en sus peores momentos Firefox es mucho mejor que Explorer.
Safari tiene una cuota de usuarios inexplicablemnte baja. Es confiable, rápido y fácil de entender. Pero también es aburrido; no se parece a un iPod, ni a una Mac y eso cuenta en un mundo en el que Apple conquistó mercado por su combinación de diseño y funcionalidad. Safari sólo tiene la funcionalidad.
El mejor diseño, sin embargo, lo tiene Opera. Por mucho tiempo fue mi navegador favorito y aún lo utilizo a veces. Opera es funcional y elegante al mismo tiempo, muy elegante. Opera tiene el mejor diseño de pestañas e incorpora el uso más inteligente de los mutiples botones del mouse, por lo que es ideal para editores y buscadores de información. No es bueno para procastinadores ni adictos a los juegos, pues su compatibilidad con las páginas es limitada y si se le exige puede llegar a ser lento, hasta inestable. Aún así, el concepto entero de Opera y su desempeño merecen un mejor posicionamiento del que actualmente tienen.
Chrome tiene la mejor relación entre diseño, funcionalidad, estabilidad y compatibilidad. Hace un par de años la navegación se complicaba en las páginas Web institucionales y los blogs saturados de animaciones, pero eso ya está prácticamente resuelto, excepto en aquéllos sitios que aún incorporan funciones expresamente diseñadas para explorer. Aún así, comparar a explorer con Chrome no solo es injusto sino estupido, cualquiera que sepa que se puede instalar un navegador distinto al que viene cargado de fábrica se olvidará de Explorer.
Chrome es sencillo, fácil de usar, dotado de funciones realistas que dejan de lado los gadgets y utilerías innecesarias, con un agradable y limpio diseño, buenas cracterísticas de seguridad y opciones adecuadas para usuarios avanzados. Chrome no sólo es un desafío para los navegadores mas antiguos: es un pauta, un líder que en cuatro o cinco años se colocará a la delantera de los navegadores sin importar cuál traigan las computadoras precargado.
A Chrome le cambiaría algunas cosas; por ejemplo, le pondría un botón para imprimir que esté menos escondido y un acceso a la página de inicio que estuviera siempre a la vista; una pestaña o un menú desplegable para ver la lista de correos entrantes podría ser un plugin interesante.
Quizá probaría una versión aopcional, podría ser de pago, que incluyera integración con Google docs y herramientas sociales. Pero no haría jamas algo que sacrificara sus mejores características: ligereza, confiabilidad y velocidad. Quien prueba Chrome ya no puede usar otro navegador, pues encuentra lento y pesado todo lo demás.
Hace doce años Explorer logró imponerse sobre todos los demás navegadores al conseguir la ventaja de ser el que venía pre-instalado en la mayoría de los equipos. Para los usuarios nuevos y para los usuarios elementales, aquéllos que sólo usan la máquina para decir en Twitter que se están comiendo una paleta de limón, poner las fotos de la fiesta del sábado en Facebook, jugar solitario y redactar oficios, para ellos Explorer es Internet y no conciben, ni se imaginan que haya otra forma de navegar.
Explorer tiene algunas ventajas claras; la primera es que viene integrado con Windows y eso falicita algunas tareas, como redactar un texto y enviarlo por correo con un sólo click, o insertar imágenes y textos en archivos que se integran con las referencias necesarias; nada mal. Otra ventaja es que por ser el navegador má difundido la mayoría de las páginas instoitucionales están diseñadas para ser vistas en él: los formularios de del gobierno vienen optimizados para Explorer así que aunque no me guste a veces tengo que usarlo. ¿Por qué solo a veces?
Porque aparte de las ventajas que ya mencioné, Explorer es una soberana porquería: el fabricante anuncia como innovaciones e ideas propias características que otros navegadores incluyen desde hace quince años Pero lo peor no es la engañosa actitud de sus creadores , sino su desempeño: 8nueve versiones y no sé cuantos parches después no han logrado construir un navegador confiable ni ligero.
Hay algo todavía peor que la legendaria inestabilidad de Explorer y es su lentitud. Que sea pesado se perdona por la cantidad de características que trae, aunque la mayoría sólo queden en estado latente; el mayor defecto de Explorer es su lentitud. Sus usuarios, acostumbrados a que la carga de páginas tome tiempo, no tienen idea de lo que es la navegación ligera, veloz, sencilla y confiable de todos los demás navegadores.
Mozilla Firefox, se contruyó con los restos de Netscape y heredó lo mejor de él. Es sólido, confiable, intresante. Muchos se quejan de que es relativamente pesado y de que incorpora una enorme cantidad de gadgets y plugins innecesarios; pero la verdad es que uno puede confugurarlo más o menos como lo necesite. Aún en sus peores momentos Firefox es mucho mejor que Explorer.
Safari tiene una cuota de usuarios inexplicablemnte baja. Es confiable, rápido y fácil de entender. Pero también es aburrido; no se parece a un iPod, ni a una Mac y eso cuenta en un mundo en el que Apple conquistó mercado por su combinación de diseño y funcionalidad. Safari sólo tiene la funcionalidad.
El mejor diseño, sin embargo, lo tiene Opera. Por mucho tiempo fue mi navegador favorito y aún lo utilizo a veces. Opera es funcional y elegante al mismo tiempo, muy elegante. Opera tiene el mejor diseño de pestañas e incorpora el uso más inteligente de los mutiples botones del mouse, por lo que es ideal para editores y buscadores de información. No es bueno para procastinadores ni adictos a los juegos, pues su compatibilidad con las páginas es limitada y si se le exige puede llegar a ser lento, hasta inestable. Aún así, el concepto entero de Opera y su desempeño merecen un mejor posicionamiento del que actualmente tienen.
Chrome tiene la mejor relación entre diseño, funcionalidad, estabilidad y compatibilidad. Hace un par de años la navegación se complicaba en las páginas Web institucionales y los blogs saturados de animaciones, pero eso ya está prácticamente resuelto, excepto en aquéllos sitios que aún incorporan funciones expresamente diseñadas para explorer. Aún así, comparar a explorer con Chrome no solo es injusto sino estupido, cualquiera que sepa que se puede instalar un navegador distinto al que viene cargado de fábrica se olvidará de Explorer.
Chrome es sencillo, fácil de usar, dotado de funciones realistas que dejan de lado los gadgets y utilerías innecesarias, con un agradable y limpio diseño, buenas cracterísticas de seguridad y opciones adecuadas para usuarios avanzados. Chrome no sólo es un desafío para los navegadores mas antiguos: es un pauta, un líder que en cuatro o cinco años se colocará a la delantera de los navegadores sin importar cuál traigan las computadoras precargado.
A Chrome le cambiaría algunas cosas; por ejemplo, le pondría un botón para imprimir que esté menos escondido y un acceso a la página de inicio que estuviera siempre a la vista; una pestaña o un menú desplegable para ver la lista de correos entrantes podría ser un plugin interesante.
Quizá probaría una versión aopcional, podría ser de pago, que incluyera integración con Google docs y herramientas sociales. Pero no haría jamas algo que sacrificara sus mejores características: ligereza, confiabilidad y velocidad. Quien prueba Chrome ya no puede usar otro navegador, pues encuentra lento y pesado todo lo demás.
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