miércoles, 21 de noviembre de 2012

El Misterio de los Nombres

Hace unos diez años que a todos los niños de clase media les ponen los nombres de Diego, Santiago y Emilio. Los más independientes llegan a José María o Juan Pablo. Supongo que así se sienten más españoles, aunque no los veo poniéndoles Marijose, Pepa o Asunción a sus hijas.  

Entre los más pobres, todavía son populares nombres como Brayan, Braian, Brallan o Brad Jan para hombres, mientras que a las niñas los amantes de las rocas les siguen llamando Perla, Rubí, Esmeralda, Topacio, los amantes de las series norteamericanas prefieren Kimberly-Jane, Dorothy-Allisson, Holly-Joyce o Beverly-Britney... que quizá sean mejores que los nombres que dan a sus hijas los fanáticos de las strippers: Samantha-Deyanira, Devora-Poppy, Daisy-Betsabé, Jacaranda-Salomé...

¿No hay en cualquier calendario por lo menos 365 nombres? Desde los latinos Julio, Marco, César, Tulio y Aurelio hasta los germánicos Roberto, Alberto, Norberto y Gilberto, pasando por los hebreos Ismael, Jacobo, Isaías, Moisés, Isaac y Samuel. Para las niñas hay nombres como Ángela, Angélica Angelina totalmente caídos en el olvido, junto a los nombres florales como Azucena, Hortensia, Rosa o Margarita. Ni pensemos en nombres más propios de mujeres inteligentes que de bailarinas exóticas: Teresa, Ruth, Clara o Lucrecia quedan descartados para quienes creen que un nombre sexý creará mágicamente una hija hermosa o un nombre sajón le quitará lo moreno a su hijo.

Mientras los padres se divierten los niños sufren.






1 comentario:

  1. Recomiendo este texto. Viene la misma idea pero escrita con maestría: http://quemepartaunmilagro.blogspot.mx/2014/05/no-jodan-con-los-nombres-para-los-bebes.html#more

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