sábado, 24 de diciembre de 2011

As Time Goes By

You must remember this
A kiss is just a kiss, a sigh is just a sigh.
The fundamental things apply
As time goes by.

And when two lovers woo
They still say, "I love you."
On that you can rely
No matter what the future brings
As time goes by.

Moonlight and love songs
Never out of date.

Hearts full of passion
Jealousy and hate.

Woman needs man
And man must have his mate
That no one can deny.

It's still the same old story
A fight for love and glory
A case of do or die.

The world will always welcome lovers
As time goes by.

Oh yes, the world will always welcome lovers
As time goes by

miércoles, 14 de diciembre de 2011

En defensa de la Fe

La fe es confianza. Quien tiene fe en un amigo confía en su promesa; quien tiene fe en un enunciado racional confía en que la lógica o la experimentación demostrarán la veracidad del enunciado; quien tiene fe en un dios confía en que ese dios existe; quien tiene fe en una ideología confía en que esa ideología resolverá uno o todos los problemas del mundo; quien tiene fe en el Estado confía en que sin él se desataría el caos y la autodestrucción de la humanidad.

La fe otorga autoridad al destinatario de ella:
Un amigo que goza de fe posee una autoridad moral, probablemente construida a través de experiencias previas en las que ha mostrado que es confiable, valiente, honesto o todo junto.
Un enunciado científico que puede gozar de fe es aquél construido por un científico prestigiado (que posee su propia autoridad, ganada con esmero) o respaldado por una institución académica que vigila el cuidado, responsabilidad y objetividad con el que ese enunciado fue forjado.
Un dios que goza de fe es aquél del que razonablemente se puede demostrar, por lo menos, su no inexistencia; hay dioses a los que además se atribuyen mensajes, prodigios y señales, de manera que quienes creen en la veracidad de esas señales pueden reforzar su fe en ese dios.
Una ideología que goza de fe está apuntalada por un conjunto de enunciados racionales, que dan viabilidad, al menos teórica a sus postilados, promesas y predicciones.
Un Estado que goza de fe es aquél que provee de un mínimo de bienestar, seguridad o al menos tranquilidad a la mayoría de los habitantes que lo obedecen y respetan sus leyes.

El mayor peligro para la fe, en cualquiera de sus formas, no se encuentra en sus adversarios, sino en sus destinatarios: un amigo que abusa de la confianza en él depositada; un enunciado científico perderá credibilidad si se demuestra que fue elaborado mediante sofismas, muestras manipuladas o postulados erróneos... o si quien lo formula utiliza como forma de demostración un argumento falaz y, por lo tanto, abusa de la confianza depositada en él por la comunidad científica a la cual pertenece. La fe en una ideología puede ser dañada y hasta destruida si en su nombre se cometen abusos. Esos mismos abusos pueden resquebrajar la fe en un Estado y puede ser destruida por ineficiencia o corrupción de quienes lo administran. A su vez, la corrupción, el abuso o los actos malvados cometidos en nombre de dios pueden acabar con la fe en ese mismo dios, aún cuando esos actos no los haya ordenado o metido él, sino sus ministros. Así que la fe, en cualquiera de sus formas, puede ser destruida por el abuso de la autoridad que emana de ella.

Alrededor de la fe a veces hay dogmas, pero la autoridad del dogma emana de la autoridad de la fe, pues el dogma carece de autoridad propia; para decirlo de manera directa, los dogmas se alimentan de la fe, a expensas de la fe y es poco lo que le dan a cambio.  El dogma a veces busca probar la fe, pero muchas veces, también, la pone a prueba. Es dogma que un amigo no deja a otro emborracharse solo, pero poner a prueba ese dogma es poner a prueba la amistad. Es dogma que la ciencia tiene respuestas para todo, pero buscar esas respuestas y no encontrarlas, porque la ciencia es obra humana y no divina, pone a prueba la eficacia y hasta el sentido de la ciencia. Es dogma que todas las personas deben tener una ideología, pero quienes lo sostienen pretenden que esa ideología universal sea la suya propia y eso desacredita la universalidad misma de la ideología. Es dogma que los sacerdotes son intérpretes y ministros de los dioses, pero los dioses, como el sol y el viento que emanan de ellos, son para todos. Si creemos en el Dios único y universal, es dogma afirmar que su voluntad no está plasmada en sus obras (la naturaleza, los humanos, el reino espiritual) sino en las obras de sus ministros. Es dogma que el Estado y sus intereses están por encima de las personas y ello es síntoma de un Estado que ya ha sido roído por las ratas en sus entrañas; los estados decentes y honestos existen para la gente, para la humanidad, para la libertad.

Creer en los dogmas es una decisión personal: un amigo no puede obligar a otro a embriagarse contra su voluntad; un científico que convierte la ciencia en ideología termina por convertirse en sacerdote (hola Freud) o peor aún, termina deificado (hola Marx) y con ello se aniquila el saber o la parte de verdadero saber que hubo en su trabajo cuando fue honesto. Una fe que pierde a Dios en un laberinto de sofismas teológicos o complejas reglas religiosas pierde a Dios en ese laberinto de burocracia teísta.

Identificados los enemigos de la fe, descubriremos que la fe es algo bueno. La fe es esperanza en la amistad y por lo tanto en la humanidad. La fe es confianza en el saber honesto y por lo tanto en el progreso responsable. La fe es apoyo a un gobierno honesto, a un ideólogo razonable, a una religión responsable. La fe en Dios o en los dioses puede ser algo muy positivo, generoso y racional, cuando el destinatario de esa fe también lo es.

La fe que exige pruebas a las otras fes no es fe, es vanidad; la fe que exige obediencia no es fe, es ambición; la fe que demanda sacrificios es negocio. Si la fe necesita tribunales, policías secretas, gulags, o inquisiciones,esa fe ha sido asaltada, ocupada y gobernada por sus propios enemigos.

La fe es pura como la esperanza,  generosa como la caridad, serena como el pensamiento. Quien combate contra otra fe en nombre de la suya puede ser un fanático, pero quien con sus actos destruye su propia fe es malvado.


lunes, 12 de diciembre de 2011

El perro del mes: Orión

En diciembre de 1999 el estado Vargas, en Venezuela tuvo una de las temporadas lluviosas más intensas que se recuerden en la región. Dos semanas de lluvias interminables provocaron una saturación del suelo que se transformó en enormes deslaves de tierra y rocas que se deslizaron de las montañas hacia el mar y arrastraron a su paso cientos de hogares. Desde las primeras horas del 15 de diciembre, un perro Rottewiler llamado Orión intentó avisar que un alud de lodo se acercaba a su pueblo, pero los perros no son muy hábiles para darse a entender y las personas no les ponen suficiente atención; así que llegó la noche y el río de agua, lodo y árboles comenzó a arrastrar también personas. Enmedio del desastre Orión se separó de su amo y entró en el torrente para llevar a suelo firme a una niña; inmediatamente rescató a otra más y siguíó con esa habor hasta rescatar a 37 personas entre el 15 y el 16 de diciembre.

El 26 de febrero de 2000 los venezolanos otorgaron a Orión una medalla al valor y un diploma; sin embargo, la mejor recompensa para un perro no es una medalla, ni un hueso, sino un abrazo. Las hazañas de Orión fueron avaladas por las personas que fueron rescatadas y los equipos de rescate que realizaron la evacuación de la zona.



jueves, 8 de diciembre de 2011

A favor de la libertad

Todos estamos a favor de la libertad, pero casi nadie está a favor de una libertad igualitaria; me explico: todos estamos muy a favor de la propia libertad, pero un poco menos a favor de la libertad ajena y decididamente en contra de la libertad de lo que consideramos nocivo.

SospechaVeámoslo así: la Ciudad de México lleva unos doce años en obras; todos los días hay nuevas calles cerradas y nuevas desviaciones de la circulación. Cuando se cierra por obra alguna calle en la que se hacen arrancones, los vagos se reúnen a beber y drogarse o alguna pandilla utiliza como coto para asaltar transeúntes, es perfectamente lógico que los vecinos se alegren por el cierre y promesa de renovación. Cuando se cierra una calle por la que eventual o cotidianamente circulamos, podemos tener y expresar cierta molestia, pero deseamos que el cierre termine pronto y seguimos nuestro camino. Pero lo que nadie puede desear, y a veces sucede, es que le cierren la calle donde vive, con la molestia de tener que dejar el auto guardado o llevarlo a una pensión, además de tener que presentar identificación para que los trabajadores dejen a uno entrar a su propia casa.

CamisasEs claro que no a toda la libertad se le aprecia igual; en las ideas los temas sociales y la política aprobamos más las libertades que compartimos que las que no compartimos o rechazamos; por ejemplo, la libertad para abortar es defendida por grupos feministas, movimientos antisistema, malthusianos apocalípticos, académicos asustados por  la sobrepoblación y personas anticlericales; en tanto que la libertad para tener muchos hijos (digamos 5, 7 o 10) será defendida por personas tradicionalistas, religiosas y amantes de los niños, además de académicos y teólogos asustados por la despoblación mundial.

Los más radicales defensores del control de población llegan a hacer propuestas de esterilización masiva y eugenesia (sí, como los nazis en los años 30's), mientras que los más empecinados natalistas buscarán la cárcel y el destierro para los antinatalistas (como sucedió en los regímenes de Franco y Pinochet); pero las posiciones extremas sólo son minoritarias; en medio de los radicales hay una inmensa mayoría de personas que prefieren simplemente evitar a los contrarios, reunirse con personas afines a sus ideas y si acaso, tratar de convencer a los del bando opuesto.

CalmaLos radicales son minoría, pero son los que pueden acabar con la libertad si se les da el suficiente poder. Preocuparse por defender sólo las libertades propias es algo aparentemente inofensivo; pero la lucha contra la libertad siempre trae consigo el riesgo de volverse contra uno, de manera que cuando la idea de limitar las libertades para algún grupo entra en escena pública se convierte en parte de una competecia política cuyo ganador puede ser el contrario. Así pasó en España a principios del siglo XX, cuando tanto los republicanos como los conservadores radicalizaron sus posturas y persiguieron las ideas de sus oponentes, de manera que abrieron el camino para que cualquiera que venciera en la Guerra Civil no adoptara posturas conciliadoras sino radicales. Las heridas y agravios que se hicieron aún están presentes en la política española y para muchos el perdón no sólo se ve lejano, sino imposible; lo que es más difícil porque cada uno  bandos tiene cosas que perdonarle al otro.

ReconocimientoLa experiencia española nos deja claro cuáles son los riesgos de no apreciar por igual todas las libertades, las propias y las ajenas, y ese riesgo es que la primera libertad que se limite puede ser la propia. Vista así, la famosa frase atribuida a Voltaire "no estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo" tiene un valor más allá de lo moral: defender las libertades ajenas es también una manera de defender las propias.

Sin embargo, ni las ideas propias, ni las ajenas son siempre ideas defendibles, inteligentes o racionales. Solemos pensar en lo relativo como opuesto de lo absoluto, pero tengo la impresión de que es lo racional lo que debemos oponer a lo racional, lo tolerante a lo intolerante y lo pacífico a lo violento. El motivo es que si pensamos en las ideas como absolutas o relativas, si son absolutas algunas deben ser absolutamente correctas y asumiremos que esas son las propias, mientras que las absolutamente equivocadas serán las contrarias; por otra parte, si las ideas son relativas, todas tendrán un sentido sólo para quien las sustenta y perderán toda importancia sus valores intrínsecos, como la racionalidad, la viabilidad, etc.

LibertadEn efecto, la libertad no es un valor absoluto, que deba defen`erse y preservarse a toda costa; en concreto, no se puede otorgar libertad a atentar contra la libertad, como tampoco se podría considerar libertario al libre tráfico de esclavos, a la libertad de discriminar a las mujeres; ni puede existir una libertad para ser totalitario, la libre explotación de los pobres, la libertad de coacción, la libertad para torturar a los enemigos políticos y menos aún, la libre persecución religiosa, la libertad de intolerancia o en general, la libertad para imponer por la violencia las ideas propias. Si semejantes ideas fueran igual de válidas que la tolerancia, el respeto, la solución pacífica de los conflictos o el diálogo!2C daría lo mismo que fuéramos gobernados con leyes o con balas, el secuestro de una mujer que su conquista o el robo y el asesinato que el trabajo.

Así que las libertades defendibles no son únicamente las propias, sino todas aquellas de las cuales cualquiera puede beneficiarse tanto como nosotros mismos, por ejemplo, la libertad de opinión o de circulación. En la misma línea, podemos considerar defendibles a los movimientos, ideas, agrupaciones políticas y cultos que reconocen las libertades de sus oponentes y rivales; mientras que es lícito sospechar de aquellos que tratan de imponer sus intereses, ideas y creencias mediante la violencia.

La libertad se defiende con libertad.

 Las ilustraciones de hoy son de Andrés Diplotti y su excelente blog: La Pulga Snob